Hoy mientras acompañaba a mi madre a cobrar su jubilación, estuve intentando develar el siguiente problema matemático:
Sucede que antes en el banco se sacaba número o simplemente se hacia la fila, es decir que uno mirando el largo de la fila podía saber cuantas personas había por delante, y podías optar por esperar y ponerte en la cola o venir otro día. Pero el banco implemento un sistema donde hay que sacar un ticket con una clave que consta de tres letras y tres números por ejemplo: HVG003.
Esas letras no obedecen a ninguna lógica, salvo que el banco conozca el secreto, en cambio los números van del 000 y no he visto números mayores de 012, a menos que me quedara un día entero en el banco para ver hasta cuanto llega el último. Esas letras y números salen en un pantalla y es cuando te toca el turno. Hasta ahí no parece nada del otro mundo.
Dicha clave alfanumérica sirve para realizar el trámite por mostrador y con la misma clave pasar a las cajas para cobrar. Aquí empieza la cuestión.
En el sector para ir a las cajas el banco dispuso de dos hileras de asientos por diez filas de largo.
Cuando llegamos al sector cajas mi madre miraba preocupada la pantalla por saber cuando le tocaba el turno, fue allí que me puse a buscarle la lógica al asunto. Entonces….
Traté de encontrar una relación entre la ubicación de las personas sentadas con la clave que tenían y el turno que les tocaba. Haciendo gala de mi racionalismo cartesiano supuse que si las personas se sentaran en orden de adelante hacia atrás tendrían que estar sentados los veinte primeros turnos y por lo tanto pasarían primero por caja los dos que están sentados en la primera fila.
Esas sillas vacías la ocuparían los que llegaron últimos y están parados, luego pasarían a las cajas los de la segunda fila, esas sillas serían ocupadas y así sucesivamente.
El razonamiento es impecable; pero para que esto ocurra, la personas tendrían que sentarse en estricto orden y no a la buena de Dios, pararse de vuelta para saludar al que recién entró, acariciar al perro que no se como se metió al banco, mientras dos señoras que comentan el último capitulo de «El Sultán» no dejan pasar a los que se quieren sentar y todo eso.
Asi que tuvimos que esperar sentaditos en el único lugar que estaba libre y esperar media hora a que el azar se apiade de nuestras almas. Mientras tanto intentaba aplicar mi teoría y le explicaba a mi madre que la próxima en pasar a la caja sería la señora vestida de verde que estaba sentada en la primer fila.
Conclusiones:
- Si bien los números eran correlativos, y las letras como ya dije no seguían ningún patrón o criterio, la señora de verde todavía debe estar esperando su turno.
- Mi madre, después de muchos años pudo corroborar lo que una fría mañana de otoño le dijo mi maestra de tercer grado, que la matemáticas no eran mi fuerte. Para ese entonces mi madre ya descreía de mis habilidades pictóricas para no hablar de las literarias, pero ese tema escapa a la materia de este análisis.
- De todas maneras No es que mi teoría sea errada, mis cálculos son correctos lo que sucede que somos latinos y nos sentamos como nos da la real gana y no siguiendo estrictos criterios matemáticos. Por lo tanto mi teoría no es aplicable en esta parte del planeta.
- Tal vez en ALEMANIA o en JAPÓN que son sociedades con otra idiosincrasia y más ordenadas se cumpla este axioma, o la gente no vaya más al banco porque hacen todas sus operaciones por internet.
- No les digo que con este análisis esperaba ganarme el PREMIO NOBEL DE MATEMÁTICA, pero al menos un puestito de ordenanza en el banco. Será el mes que viene cuando vayamos de nuevo con mi madre al banco.
¡Ay, Alejandro!
Por lo visto estuviste mucho tiempo esperando para haber llegado a crear estas teorías.
En fin, acá, por lo menos en el Banco aún están con los números desde 0 a 99 y nos sentamos si es que hay suerte…
Me entretuve leyéndote.
Feliz sábado.
Si, bastante tiempo, igual elucubrando teorías el tiempo se me pasa volando jaja.
Gracias por el comentario.
Buen fin de semana.