Siento el aire limpio llenando mis pulmones,
cierro los ojos, exhalo con la tenue esperanza
que al volver a abrirlos el aire limpio me conduzca
a otro planeta, a otra dimensión.
La realidad del hoy me persigue
en un bucle doloroso que
que repite las mismas escenas
con distintos personajes.
A veces logro escaparme en un sueño,
para lograr una paz efímera.
Durante la vigilia
procuro rescatar una sonrisa
o la adrenalina de un viaje,
de mi breve lista
de recuerdos gratos.
pero al aire limpio del hoy
le quedan sonrisas ausentes,
viajes imposibles y sueños truncos.
Junto con los pulmones se vació el alma.
Y sin embargo todo esta en orden.
Sin penas ni glorias, ni enojo ni alegría.
el tiempo se volvió plano
y duele menos.
Anestesia de sinsentidos.
La vida se fue en esa exhalación
en la que siento que pasaron siglos,
Una vida que no tuvo incidencia alguna
en el divino plan general de la creación.
Vuelvo a respirar hondo,
esta vez con los ojos abiertos,
sabiendo que estoy acá hoy y ahora,
Navegando un tiempo incoloro.
Tratando de encontrar algún sabor
en ese aire limpio que me mantiene vivo.