«A los ocho años era un niño prodigio, hacía las mismas estupideces que ahora……» Juan Verdaguer (cómico argentino)
A lo largo de mi azarosa vida comencé innumerable cantidad de cursos (música, dibujo, idiomas) y con distintos resultados. Este mes comencé el curso infinito más uno, y me trae muchos recuerdos de cursos pasados y quería compartirlo con todos uds.
Pero un antes un poco de historia:
Y si de historia hablamos debo remontarme muchísimos años atrás cuando era un niño, el sistema solar llevaba poco tiempo de inaugurado y el planeta tierra se enfriaba lentamente para ir tomando su aspecto actual. En esa época ya existían algunos instrumentos musicales como la guitarra y el piano. De eso se trata el relato, de mis intentos por tratar de domesticar esas bestias.
Praeludium
Aunque en casa no vivía ningún músico ni nadie con inclinaciones artísticas, había una guitarra y muy buena. Desde que tengo memoria mi padre bajaba de un armario la susodicha guitarra que me resultaba gigantesca. Y escondido detrás de ella la aporreaba tratando de sacarle alguna melodía.
Cuando fui más grandecito y tal vez en solidaridad con la pobre guitarra, ubicaron a una profesora particular que vivía a pocas cuadras de casa.
Nota Uno: años antes cuando comencé la escuela primaria tuve «un leve percance» con un par de monjitas cuando me vieron tratando de escribir con la mano izquierda. Se imaginan el desenlace de esta breve altercado: desde los seis años que escribo con la mano derecha.
Adagio
Y lo mismo me pasó en la primer clase de guitarra. No sé cuán importante pudiera ser que yo intentara tocar la guitarra «de zurdo» Ese fue el primer encontronazo con mi guía espiritual guitarrística. Me explicó que para tocar la guitarra de ese modo, hay que cambiar el orden de las cuerdas y era muy complicado para enseñar y no se cuantas cosas más, Resumiendo y en sintonía con los preceptos de las dos monjitas; en lo poco que duró el curso aprendí a tocar para el «lado derecho»
Nota dos: nunca supe si la profesora de guitarra conocía a las dos monjitas, pero yo atribuyo su comportamiento a un complot del Vaticano para complicarme la existencia.
Nota tres: cuando intentan ponerme en ridículo diciendo lo mal que toco la guitarra; les cuento que yo era zurdo, me enseñaron al revés y eso me sirve de gran excusa.
Fuga I
Supongo que cursé menos de un año. Mi entusiasmo era grande, a pesar que la mitad de la clase estaba dedicada al solfeo, y avanzaba a pasos agigantados.
Pero un buen día, por un tema del pago del mes de clases, la profesora me hizo volver a mi casa (no recuerdo que se debiera más del mes en curso, porque no era tan caro) Cuando llego a casa más temprano, mi madre me pregunta:
- ¿Nene, que pasó que no fuiste a guitarra?
- La señora me mando de vuelta porque le debemos el me…..
Ni me dejó terminar la frase, me dió el dinero y …
- Tomá la plata, y AHÍ NO PISAS NUNCA MÁS!!
Y algunas otras palabras subidas de tono que no corresponden con lo amable del relato. Fue la última clase de guitarra de mi cochina vida. O la anteúltima….
Rapsodia. Toccata y fuga
En casa se obedecía a los mayores y no hice muchas cuestiones a la decisión tomada. Al mes me anotó en otro lado. Un salón muy grande donde daban un montón de cursos a la vez. Folklore, piano y guitarra de los que recuerdo. El de guitarra era grupal y hacían rasguido de acompañamiento a canciones que sabían ellos solos, porque tocaban las mismas cosas desde principios de año. Nada equiparable a mi solemne lectura del solfeo y ni hablar de mis impecables interpretaciones de los estudios de Carulli que hacía en particular. ( y mi abuelita me quería mucho) Lo único bueno que en el mismo salón daban piano. Y el piano se toca de a uno, y da lo mismo si uno es zurdo, derecho o agnóstico.
Así fue que dejé la guitarra y concentré todas mis energías, mis desvelos y mis frustraciones en el aprendizaje de piano. Sumado a que luego de tantas clases de solfeo, algo de música leía, avancé pero no mucho…porque debido a la serie de sucesos ya relatados, para cuando comencé piano ya estábamos en el mes de agosto o setiembre digamos.
Resumiendo: lo único que logre aprender fue lo siguiente:
MI RE# MI RE# MI
SI RE DO LA
LA MI LA
DO MI LA SI
MI MI SOL#
MI SOL# SI DO
LA MI LA
Más una escala cromática como BONUS TRACK. En esos menesteres nos sorprendió el fin del año lectivo, cursivo, melódico o como corno se llame. Y la profesora de piano no tuvo mejor idea que hacerme tocar el MIREMIREMI delante de mis efímeros ex-compañeros de guitarra, el grupo de folklore y de algunos padres que atribulados miraban la hora como futbolista que va ganando uno a cero.
Para superar ese escarnio público, mientras tocaba, soñaba con firmar contratos para grabar en la DEUTSCHE GRAMMOPHON y realizar giras por todo el mundo. Pero un par de desganados aplausos me volvieron a la cruda y siempre cruel realidad. Y al otro año….
Comencé el ciclo secundario en el mismo colegio religioso donde aprendí a escribir y a pocas cuadras de lugar donde deleite a multitudes con el famosísimo MI RE# MI RE# MI SI RE DO LA.
Fue el tiro de gracia a mis aspiraciones musicales, porque para resumir un poco a partir de ahí, me mudé dos veces y bien lejos.
Intermezzo
Y llegamos al siglo XXI y ese mismo mundo que vi como se formaba de niño, se va destruyendo poco a poco de la mano del hombre.
Hace un par de semanas, por casualidad o porque así lo determinaron las poderosas fuerzas del destino; llegó a mi negocio un profesor de piano, enseguida congeniamos y a los pocos días retomé MI PRIMER CLASE. Obviamente me preguntó que conocía o que recordaba y cuarenta y pico de años después volví a ejecutar el MI RE# MI RE# MI SI RE DO LA
Allegro finale
Luego de un incómodo silencio, dijo
- Ehhh…¿Eso es todo?
- Noooo, lo que pasa que primero tocaba la guitarra y…
- ahhh, si la guitarra. Pero no se si te pueda enseñar porque tengo las cuerdas adaptadas para tocar como zurdo...
Moraleja y reflexiones varias:
Creo que en economía lo llaman «contrafáctico»para explicar algo que hubiera pasado si:
- Si hubiera nacido diestro, me hubiese ahorrado mucho tiempo y un demiurgo de sinsabores.
- Si me hubiese mudado acá cuarenta años antes, tal vez hubiese estudiado guitarra con mi actual profesor de piano y los dos tocariamos de zurdo.
- De haber tenido instintos asesinos, hubiese apuñalado con el diapasón a la profesora de guitarra y con el lápiz a las dos monjitas…eso sí, CON LA MANO IZQUIERDA, COMO CORRESPONDE.