La noche estrellada intenta mitigar
el calor que dejó la tarde.
Una brisa se cuela entre el follaje
y las hojas le contestan con un leve susurro.
Por el ventanal, la misma brisa lucha contra
el aire denso que remolonea en las habitaciones.
Las estrellas se van escondiendo detrás
de las primeras nubes grises.
Un resplandor lejano hace nubes transparentes,
Desde el oeste se anuncian aromas de tierra mojada.
Las ramas de los árboles se mueven
al compás del viento, esperando la tormenta.
Ahora el cielo es todo un espectáculo
de nubes azules y luces celestes intermitentes.
Con música de truenos cada vez más cercanos,
Pronto la lluvia tocará su melodía
en los tejados.