Árboles, aire y cielo, poco o casi nada más.
Camino sin prisa sobre una alfombra de hojas que tapiza el césped.
A cada paso las hojas crujen y se deshacen.
Respiro profundo el cielo buscando el aroma de los eucaliptos.
De los eucaliptos que producen sombras largas e indican que va cayendo la tarde.
La tarde que acompaña a la nostalgia que siempre me producen los días domingo.
Domingo por la tarde para pensar en nada o en mil divagues de la imaginación.
Mientras tanto una vieja canción resuena en mi cabeza y aviva a la nostalgia
del domingo por la tarde…
Gracias, Alejandro por tus letras.
Me sentí caminando entre los eucaliptus, con su delicioso aroma flotando en el aire…
Un domingo de nostalgia, ¡me encantó!
Feliz sábado para ti.