Por: @SergioMarentes
Tiemblo por dentro de imaginarme qué podrá haber en el pabellón de Macondo, país invitado de honor a la Feria del libro de Bogotá en el dos mil quince. Para empezar, el hecho de que el país invitado sea uno ficticio me parece una maravilla literaria llevada a su máxima expresión y casi imposible de echar a perder. De ahí que me esperara cualquier cosa asombrosa allí adentro, casi todo lo posible. Ya lo había dicho García Márquez en alguna entrevista sobre Cien años de Soledad: Yo quería escribir una novela en la que pasara todo. Así que, desde que la invitación de Macondo fue noticia, esperaba que al entrar me recibieran gitanos con inventos del mundo, hielo reinventado, guerras perdidas, la mujer más bella del mundo, un niño comido por las hormigas, un hombre capaz de derribar un caballo tomándolo por las orejas, personas sufriendo la peste…
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