Aunque tú no lo creas
escribir estos versos me ayuda a olvidarte,
al menos te recuerdo sin ese amargo olor
que rezuman los muelles después que zarpa el barco.
Si piensas que exagero puedes leer mis cartas,
verás cómo las frases son ahora más breves,
que las comas abundan
y hay espacios en blanco más frecuentemente.
No he quemado tus fotos,
ya sabes que detesto esa reacción inútil
y tu rostro es un punto hiriente en la retina
que duele más borrar que conservarlo.
Cierto es que desde entonces
el crepúsculo sólo señala el fin del día
y no el desmesurado comienzo de la noche,
los paseos se alargan
para evitar volver a los sitios vacíos;
los puentes ya no unen, sólo son cuatro arcos
que pierden su sentido entre las dos riberas,
la playa no es un palco
desde donde aplaudir el vals del…
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