“Piel sobre piel
Alquimia nocturna
De sudor y besos
Piel sobre piel
Yaces en mi lecho
De fuego y hambre”
Ningún silencio en mi alma al atravesar su puerta. Una luz auxiliar ilumina tenuemente la estancia. Lo observo dormido mientras dejo deslizar la ropa por mi cuerpo. Él es calma de respiración acompasada, me acerco al borde de la cama y suavemente me inclino buscando su boca, solo un leve roce de labios. Se agita en su sueño, sonríe dormido, acaricio su piel desnuda. Es suave, extraña y agradablemente suave. Recorro su espalda saboreando cada milímetro de ella. Despierta con ojos húmedos y me atrae hacia su cuerpo, no hay palabras, no hacen falta. El roce de sus dedos en mi vientre mientras mi sexo se hace líquido. Una suave presión, un olor definido, mi ser se estremece y se agarra con fuerza al suyo. Tiempo detenido, alquimia nocturna, piel…
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