De común acuerdo.

Él  accedió a llevarla hasta su casa, y ella a que la lleve. Hacía mucho frío y había comenzado a nevar. En el trayecto casi ni se hablaron, conducía con mucho cuidado por las calles heladas. Cualquier intento de conversación estaba destinado al fracaso.

Se habían convertido en dos extraños, el tiempo los había distanciado de a poco y ya ninguno entraba en el proyecto del otro. Ni él en su vivero, ni ella en el estudio de arquitectura. En un momento se dieron cuenta que sus vidas eran piezas que ya no encajaban la una con la otra.

Tan ensimismado en sus pensamientos casi se pasa de largo – ES AHÍ dijo ella, rompiendo el largo silencio que los acompaño durante todo el trayecto.

Bueno entonces…..él hizo el intento de darle el último beso en la mejilla, ella lo freno con un movimiento de la mano. Se puso un gorro de lana – ABRIGATE QUE….. – SI……

Ella abrió la puerta del auto, y el viento helado se coló junto con unos copos de nieve. La ráfaga ahogo su frase, él le iba a decir que siempre le gustó como le quedaba ese gorro pero las palabras no le salieron. – ME IBAS A DECIR ALGO? Le hizo que no con la mano. – ANDA QUE HACE MUCHO FRIO. Ella afirmó con la cabeza y corrió hasta la puerta del departamento, sin entrar espero hasta que el auto se perdió de vista por la calle transversal, mientras él buscaba su figura por el vidrio empañado del espejo retrovisor.

 

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El milagro secreto

Rednel Huila

borges_optY Dios lo hizo morir durante cien años
y luego lo animó y le dijo:
-¿Cuánto tiempo has estado aquí?
-Un día o parte de un día, respondió.

                                                                                                                         Alcorán, II, 261.

La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladík, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un examen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la…

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Enlibrada en mi día

palabras a flor de piel

20140106-174146.jpg

Ayer cumplí otra vuelta al sol y estuve muy abrazada, hasta el grado de sentirme insoportable, absoluto ombligo del mundo. No reseñaré lo que recibí de mi hija, mi pareja, mi familia y amigos entrañables. Eso lo llevo cosido en el alma. Sólo presumo estos dos regalos tangibles de mis queridos Arantza y Rafael: son libros y, por tanto, tema de interés para los lectores de este blog.

El primero, Miscelánea (Ediciones El Viso), no había podido encontrarlo, a pesar de haberlo buscado mucho. Se trata de una guía fotográfica por los comercios del centro de la Ciudad de México, lugar enloquecido de pequeñas tiendas de artículos religiosos, mercados, boneterías, locales de arte popular, changarros de comida, tendajones que venden desde máquinas de coser hasta animales vivos. Ya contaré cuando siga las rutas que las autoras proponen y recorra esos sitios mágicos. El otro, las Clases de literatura de Cortázar…

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La soledad de los números primos

olé-iKultura

La soledad de los números primos
por Paolo Giordano
#2724 – Novela

w_La-soledad-de-los-numeros-primos«En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de

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